Juicio a Lula da Silva: la Justicia confirmó la condena a prisión y complica su candidatura
El expresidente de Brasil no quedará detenido ya que apelará la sentencia.
Un tribunal brasileño confirmó por mayoría una condena a 9 años y medio de prisión para el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva por corrupción. El fallo podría suspender pronto la candidatura presidencial de Lula, pero Lula no debe ser detenido hasta que su defensa agote las apelaciones, informó TN.
Al menos dos de tres jueces del tribunal de apelación de Porto Alegre votaron a favor de mantener la condena emitida contra Lula en primera instancia en julio de 2017.
El magistrado Leando Paulsen coincidió con su par Gebran Neto al considerarlo culpable de los crímenes de corrupción y lavado de dinero y prestar acuerdo con elevarle la pena a doce años de prisión. Sólo ahora falta que el tercero de los tres magistrados pronuncie su voto.
Pese a que la condena ya cuenta con mayoría entre los tres miembros de la sala, el resultado sólo podrá ser considerado definitivo una vez proclamado al final de la audiencia debido a que el último de los tres magistrados puede pedir más tiempo para examinar el proceso y cualquiera de los tres puede cambiar su voto.
"Se puso en juego el sistema democrático. Infelizmente se está condenando a un ex presidente de la república por ventajas indebidas que afectaron al proceso electoral", dijo el camarista, el primero de los tres en votar en la sesión de la apelación a la condena contra Lula.
El camarista Gebran Neto, el instructor del caso, afirmó que "existen pruebas" de que el ex presidente Da Silva participó de la red de corrupción en Petrobras, durante la lectura del informe sobre su voto respecto de la apelación a la condena.
"Hay pruebas más que razonables de que el ex presidente fue uno de los articuladores, si no el principal, de una amplia red de corrupción", dice un trecho del informe del juez instructor, que respaldó al juez de primera instancia Sérgio Moro y rechazó todos los pedidos de nulidad y de incompetencia contra el magistrado a cargo de Lava Jato.
El expresidente sigue el juicio desde el sindicato de los metalúrgicos de Sao Bernardo do Campo, en el cinturón industrial de Sao Paulo, donde inició su carrera política y fundó el PT en 1980.
Marchas a favor y en contra
Las movilizaciones son tanto a favor como en contra de Lula, el líder popular más importante del país, quien responde en un juicio en segunda instancia que decidirá si se mantiene la pena de nueve años y medio de prisión dictada por un tribunal inferior por los delitos de corrupción y lavado de dinero.
El juicio se desarrolla en el Tribunal Regional Federal de la 4ª Región (TRF4), situado en una céntrica zona de Porto Alegre en la que fue cerrado el tránsito de vehículos y peatones, y se ha desplegado un fuerte operativo de seguridad, que incluye hasta francotiradores apostados en las azoteas de algunos edificios.
En esta causa, una de las siete abiertas en su contra en la Justicia, la mayoría por supuesta corrupción, Lula responde por presuntos sobornos recibidos de la constructora OAS, que se habrían concretado en la entrega de un tríplex en el balneario Guarujá a cambio de favorecer a esa compañía en contratos con Petrobras.
El juicio define el futuro personal de Lula y puede influir en el desarrollo del proceso político de cara a las elecciones de octubre próximo, a las que el expresidente pretende presentarse como candidato del Partido de los Trabajadores (PT).
Lula lidera hasta ahora los sondeos de opinión, pero una eventual ratificación de la condena podría impedirle ser candidato lo que debería se rdecidido posteriormente por la justicia electoral.
El expresidente asistió este martes a un acto con miles de simpatizantes en Porto Alegre. Tanto en Sao Bernardo do Campo, como en la populosa ciudad de Sao Paulo y en otras regiones del país, también han sido convocadas manifestaciones, que en todos los casos concentran a personas tanto a favor como en contra del exmandatario.